Colombia y prácticamente el mundo entero están ansiosos esperando a ver en que momento el pueblo venezolano se llena de valentía democrática para destronar y exiliar a este parásito que poco a poco se carcome los recursos de aquella patria amada por Bolívar. Un Bolívar que ha estas alturas debe estar retorciéndose en su tumba al ver como un loco que llama a la unidad bolivariana utiliza parte de sus ideales para hacer de Venezuela y sus conciudadanos una visión deformada de lo que es realmente el llamado de la igualdad, la justicia y la unidad de los pueblos.
Un pueblo que debe despertar de ese letargo que ha rebasado la frontera de los años, para extinguir por siempre el recuerdo de este protector de grupos narco-terroristas, de este dictador que quiere acallar las voces de la verdadera democracia fijándose en la maldad ajena para darle credulidad a la suya.
Un ser que se retoza en el dinero gracias a la ignorancia de tantos venezolanos que se atreven a ver en él un mesías, un salvador y no un dictador que arrasa con el pensamiento contrario y extingue y expropia bienes privados para así manipular la visión real de la situación actual de aquel país.
Un país que fallece día a día y que con la complacencia de tantos incultos hace que esta efigie de la maldad se haga fuerte gracias a la desunión de su sociedad; sociedad que esta llamada a la libertad y al goce pleno de sus derechos. Así es, la desunión y el fraccionamiento de su pueblo ha permitido que aquel que los esta llevando hacia la ruina permanezca en el poder a costa de un futuro incierto pero al que todo el mundo sabe llamar ocaso.
Y es que esta estampa de la maldad no solo se deleita en el mal de sus conciudadanos sino que además procura inmiscuirse en asuntos y democracias ajenas, que bien o mal aún pueden llamarse democracias, tratando de desestabilizarlas pues este descerebrado sabe que provocando discordias fácilmente podrá usurpar poderes de otros, países de otros. Afortunadamente aún nos quedan como dicen por ahí "los tres dedos de frente", la inteligencia que sabe distinguir el bien del mal, la política democrática del gobierno demoníaco de un dictador.
Y es que en su descaro el oprobioso ser se ha dado el lujo de cuidar y consentir aquellas sanguijuelas que se le igualan en la maldad, me refiero, a las "mamacitas" de las FARC, que vieron en un imbécil al protector que no encontraron en los últimos años de gobierno en nuestro terruño colombiano. Hoy día las sanguijuelas y su "padrino" se pasean tranquilamente en las calles venezolanos degustando y disfrutando sus placeres. los mismos que has sido conseguidos con la sangre de tantos inocentes, y con los secuestros que hoy día ya dejaron de mal-llamarse "pescas milagrosas".
Hoy día pretende ser la víctima cuando es el victimario, el agredido cuando es el agresor, el defensor de los derechos humanos cuando es el que más los viola, el honesto cuando es el más corrupto, el transparente cuando es el más mafioso, y el defensor de la vida cuando oculta a los más grandes asesinos de nuestra Colombia.
Nos amenaza con un rompimiento de relaciones y con una no disimulada compra de armamento según él para defenderse más no para invadir. Nos amenaza y nos conviene que nos amenace para ver si de una vez por todas podemos dar por clausurada esta frontera por lo menos hasta cuando esta aberración de la política salga, o mejor, sea sacada del poder.
No hay nada más aburridor que un mal vecino y nosotros tuvimos el infortunio de tenerlo a él como tal, pero también tuvimos la fortuna de contar con un presidente que supo "amarrarse los pantalones" porque de lo contrario hoy día haríamos parte de una Venezuela Bolivariana y de las locuras de un "algo" que se hace llamar presidente.
Cuántos guerrilleros llamados Rodrigo Granda o Iván Márquez existirán en el mundo, que no es posible que el gobierno venezolano pueda reconocerlos llegando hasta el extremo de darles un reconocimiento de heroés bolivarianos. Y es que pretender tapar el sol con un dedo pertenece únicamente a las fábulas pues sería absurdo que un aparato e inteligencia militar de Venezuela no sepa ni tenga conocimiento que dentro de su territorio se albergan los guerrilleros y que además de esto se entrenan bajo las órdenes de mercenarios palestinos y de la reconocida ETA de España. Así como es inconcebible el no saber que los terroristas se mueven con cédulas venezolanas y amparados muchas veces por empresas del mismo país.
Claro está que ha estas alturas muchos estarán diciendo que nosotros tenemos un gobierno corrupto y pueda que tengan razón, pero entre uno narco-terrorista-corrupto y otro tal vez igual de corrupto nosotros sin necesidad de ser tan inteligentes escogimos el segundo. Creo que Bolívar hubiera escogido la misma opción.
Tenemos una ventaja, nuestro panorama en voz de Uribe es claro, "no queremos nada con Chávez", y el panorama de Chávez también es claro no quiere nada con la democracia.