¿COMPLOT O CASUALIDAD?

¿COMPLOT O CASUALIDAD?

De un tiempo para acá se viene haciendo campaña en contra de Alvaro Uribe Veléz, ya es común encontrar en cada presentación pública del exmandatario tomatazos, rechiflas e improperios. Todo esto desarrollado a partir de lo descubierto en torno a las atrocidades expuestas por la parapolítica de la cual según se dice él tuvo parte al ser promotor de las Convivir. No se pretende deslegitimar tal hecho al contrario no se puede hacer uno el ciego ante tal situación; sin embargo la serie de hechos que desde entonces han venido ocurriendo en torno a este personaje hacen ver que no es mera casualidad lo que acontece.
Un proceso de paz que parece más un “as” de avanzada en pro de la reelección del hoy presidente Santos; que alberga intereses “oscuros” por parte de las Farc e intereses muy traslúcidos por parte de Juan Manuel Santos. Este proceso cubano-colombiano busca eliminar a los “enemigos” de la paz y que mejor manera de hacerlo sino es comenzando por su cabeza. La guerrilla ve en este personaje su enemigo acérrimo y el hoy mandatario ve en Uribe un contrincante que es la sombra y el director de orquesta del candidato a la presidencia Zuluaga. Que mejor forma de “demostrar” que Alvaro Uribe estaba equivocado en su política de “mano firme y corazón grande” sino es sentando en la mesa de diálogo a una guerrilla que todo el mundo sabe y conoce como narco-terrorista, un proceso de paz soñado por el actual presidente pero que deja muchas dudas y suspicacias en el pueblo colombiano entre ellas la de estar regalando un país dejándolo en manos de una guerrilla que busca impunidad y curules desde donde puedan gobernar y hacer parte “del acto democrático” ofrecido por el vigente gobierno.            
Tampoco es casualidad que la administración encabezada por Petro y sus promotores de publicidad Hollman Morris e Ivan Cepeda estén enfilando sus baterías en contra del exgobernante como áquel que está detrás del “montaje” y el “carrusel” para destituir al alcalde de la capital. Sus argumentos aunque pueden llegar a ser válidos no han sido comprobados, más bien han ido demostrando poco a poco la alianza “no declarada” entre el gobierno Santista, las Farc, Petro, Alianza Verde –que ya no es tan verde con la cantidad de gente que les llegó del Polo Democrático- y otros tantos interesados en que no exista la competencia “democrática” porque según su parecer Uribe es un personaje más oscuro que las mismas Farc que hoy siguen asesinando, secuestrando, torturando, desplazando, traficando y abusando de menores de edad. No cabe duda que Uribe conserva una imagen “motivante” para muchos colombianos que en su voto silencioso lo elegirán a él como próximo senador del movimiento Uribe Centro Democrático. Una imagen tan “visible” que la misma registraduría se encargó de que su rostro no apareciera en el logo del nuevo no tan nuevo movimiento Centro Democrático.
Los colombianos pareciéramos ser de aquellos seres de memoria corta en ciertas cosas y de memoria larga en otras tantas. Una memoria corta que se olvidó del Uribe que enfrentó a una guerrilla que ya tenía cercada la capital colombiana y que tenía abrumada e infiltrada la población campesina. Una guerrilla que se había hecho dueña y propietaria de las carreteras colombianas con sus famosos “retenes” las mal llamadas “pescas milagrosas”, la misma que había acrecentado su poder gracias “a la negociación” nefasta del otro exmandatario Pastrana que no negoció la paz pero si la impunidad y el descanso de una guerrilla que oronda dominaba al país. Se olvidó de un Uribe que a través de su política “mano firme y corazón grande” dio de baja a tantos guerrilleros como jamás se había visto en gobierno alguno. Los colombianos tenemos una memoria larga, para recordar que Uribe “fundó” el paramilitarismo en Colombia, que se amangualó con terratenientes de Córdoba, que “creó” la ley 100, que sus hijos se vieron inmiscuidos en escándalos por favorecimientos, todos estos recuerdos avivados diariamente por la campaña mediática nacional e internacional gestada a través de las Farc y de manera especial por Canal Capital con su parcialidad “liberal y multicolor”.
Este artículo no pretende hacer una defensa de Alvaro Uribe Velez sino más bien tener una mirada general como se hace en el juego de ajedrez en donde todas las piezas juegan un papel importante para llegar a la ejecución del rey. Un “ojo abierto” porque tal vez y digo tal vez los que hoy se consideran víctimas pueden llegar a ser no solamente los victimarios de Uribe sino los victimarios de la “democracia” de nuestra hermosa nación.