UN MENSAJE REVOLUCIONARIO

11.05.2010 14:14

 

 UN MENSAJE REVOLUCIONARIO DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA

Una columnista norteamericana Peggy Noonan, escribió recientemente un artículo a raíz de un pedido que le hicieron, ella había sido escritora muy importante de discursos para grandes personalidades, incluyendo al presidente Bush padre, el que precedió al presidente Carter, y ella cuenta que cuando le pidieron que explicara algunas de las normas básicas de cómo se escribe un discurso, dio las características fundamentales:
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Se debe comenzar captando la benevolencia de la audiencia; se debe tener en cuenta la curva del interés de las personas, las que en algún punto se aburren y dejan de prestar atención y entonces es necesario aumentar la intensidad, o bien recuperar la atención con alguna broma, etc, etc.
Sin embargo peggy Noonan dice: "Si me preguntan a mi cuál es el mejor discurso que yo he escuchado en mi vida, es un discurso que ha roto todas las reglas y normas del buen discurso y que fue pronunciado por la Madre Teresa de Calcuta en 1994; ¿Dónde? en la Jornada Nacional de la Oración (un evento promovido desde hace muchos años por los Evangélicos en Estados Unidos) que se ha convertido en la reunión del quién es quién en la política, la cultura, la sociedad, y el mundo de las finanzas de los EEUU. Concurre el presidente con su primera dama, los principales líderes políticos, la cabeza del Senado, la cabeza de la Cámara de Representantes, los principales miembros de la Corte Suprema, y así sucesivamente; distintas personas y distintas personalidades del mundo político, financiero, etc.
Las personas que allí concurren están acostumbradas a que venga un conferencista principal a dictarles una conferencia durante el desayuno, se comienza con una oración que es dirigida de forma genérica, ya que concurren personas de diferentes cultos; por lo tanto se le reza simplemente a Dios, y, todas estas personas que provienen de los más variados rincones políticos elevan una oración en conjunto.
En esta ocasión en el año 1994, invitaron como el conferencista principal a la Madre Teresa de Calcuta; Peggy Noonan cuenta que la Madre Teresa apareció de pronto de detrás de una cortina que estaba en el escenario, se dirigió con su figura clásica de pasos lentos pero firmes, ligeramente encorvada, en su Sari, en ese hábito blanco con borde azul, tomó el micrófono y comenzó a hablar directamente sin decir. "Estimado Sr. Presidente de la República…, Señores Senadores… Señores Congresistas…, hermanos todos…; nada.
Comenzó de esta manera:
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"Haznos dignos Oh, Señor, de servir a nuestros hermanos humanos alrededor del mundo; que viven y mueren en la pobreza y en el hambre, dales a ellos a través de nuestras manos en este mismo día, el pan cotidiano, y por nosotros hazles llegar, el amor comprensivo y dales a través de nosotros, paz y alegría".
Aquí los crossants, los panecillos finos, el huevo revuelto, el tocino…, comenzaron a dejarse de lado, comenzaron a caer los tenedores y las cucharas, con esta expresión y esta traída de consciencia repentina de los más pobres y de los pobres del mundo, en un lugar donde se encontraban los más ricos y poderosos tomando un opíparo desayuno.
Entonces la Madre Teresa de Calcuta abordó luego el caso de los ancianos y contó una anécdota triste de haber estado en un hospicio en Estados Unidos, donde los ancianos tenían todo, televisión, instalaciones muy adecuadas, muy buena alimentación, pero a pesar de eso, ella pudo percibir un tremendo clima de tristeza, y una constantes miradas hacia la puerta… entonces preguntó ¿por qué todos miran a la puerta? ¿Por qué todos están tristes? Y la enfermera que la acompañaba durante su visita le contestó: porque todos esperan con ansias que venga un familiar a visitarlos y no vienen, por eso todos miran a la puerta.
Luego la Madre Teresa a muchos de estos que se encontraban presentes, y que muchos han colocado a sus padres en estos hospicios que en EEUU se han puesto prácticamente de moda, les dijo: tal vez en nuestra propia familia, tenemos a alguien que vive la pobreza de sentirse solo, de sentirse enfermo, de sentirse preocupado… ¿estamos allí con ellos? ¿Estamos dispuestos a darles hasta que nos duela de tal manera que nuestra familia pueda recibir el don que nosotros somos capaces de darles? ¿O los ponemos de lado porque ponemos en primer lugar nuestros propios intereses? Y aquí ya el clima se convirtió en bastante más tenso; pero aún quedaba la parte más dura, la Madre Teresa en un ambiente como éste donde no se tocan temas políticamente incorrectos se lanzó a criticar duramente el aborto, señalándolo como "Un asesinato inconcebible, impensable que una madre mate a su hijo, es un crimen que es tan abominable que no deberíamos sorprendernos, que si permitimos que una mujer mate a su propio hijo; que existan hombres dispuestos a matarse unos a otros, es una tragedia que engendra las guerras".
Esto obviamente desató una salva de aplausos de un sector de los participantes, el sector de los cristianos que cree en el derecho a la vida, mientras que otro sector se quedó frío, aunque los aplausos se fueron contagiando a lo largo de la sala; y por supuesto el presidente de entonces y su primera dama Bill Clinton y Hilary Clinton, partidarios conocidos del aborto, miraban con cara como si fuera de cera, comenta Peggy Noonan , tratando de mantener una leve sonrisa de cortesía pero obviamente no aplaudían.
Y cuando la madre Teresa de Calcuta pronunció la conocida frase "Si alguien quiere matar a un hijo en cualquier parte del mundo DÉMELO A MI, yo estoy dispuesta a recibirlo", la salva de aplausos se convirtió en una ovación de pie de todos aquellos que pensaban como ella.
Pero la periodista cuenta que, al costado de ella, en su mesa del desayuno, había una mujer muy elegante, muy fina, muy guapa, probablemente de al final de sus 40, comienzo de sus 50 años, que no había aplaudido en ningún momento, y que se la veía un tanto pálida con estas palabras de la Madre Teresa, abrió su cartera, sacó un lapicero y se puso a escribir en un papel, Noonan no pudo resistir a su curiosidad periodística, y miró disimuladamente qué es lo que escribía con tanto afán, con sorpresa vio que lo que escribía era una lista de asuntos pendientes: recoger la ropa de la lavandería, enviar el coche a lavar, etc. Entonces dice esta periodista que no podía entender cómo una persona culta, inteligente y bien formada, escriba estas cosas en medio de un discurso de estas características.
Fácilmente, son personas que tienen el corazón tan endurecido , incapaces de aceptar un cuestionamiento de esta naturaleza , que resulta tan duro para ellos, que necesitan fugar; y esta persona estaba fugando.
Y viendo la manera como remeció los corazones de aquellos que están a favor de la vida, como los de aquellos que están a favor del aborto y en contra de la vida… Peggy Noonan concluye, ese ha sido el mejor discurso que he escuchado en mi vida, aunque haya roto todos los patrones sobre cómo debería escribir un discurso. Y la razón es porque toda la vida de la Madre Teresa de Calcuta, estaba detrás refrendando la legitimidad de ese discurso.
"Se ha calculado que del 2005 al 2015 morirán por causas evitables 45 millones de niños. Aquí no hay duda, ésto si que es una crisis. Una crisis que dura ya décadas. Una crisis humanitaria y una crisis de humanidad.
"Ignorar la pobreza, el dedicarnos a mirarnos el ombligo compadeciéndonos de nuestra crisis provocada por la avaricia extrema de algunos, mientras despreciamos a millones de personas que pasan toda su vida sumidos en crisis alimentarias que les matan de hambre, es totalmente inhumano. Vivimos en una profunda CRISIS DE HUMANIDAD. No valen las excusas. No tener la capacidad de ponernos en el lugar del otro, de socorrer a los más débiles nos degrada como personas.

No cumplir los Objetivos de Milenio, utilizar la crisis económica, o desaceleración, ¡o lo que sea!, como escusa para no ayudar a las personas que lo necesitan, que no tienen agua potable, comida suficiente, vacunas o medicinas… simplemente porque estas poblaciones no son económicamente rentables, es enormemente cruel; sencillamente inhumano e increíblemente hipócrita.

Somos la primera generación que podemos acabar con la pobreza extrema. Tenemos el dinero, tenemos los medios y tenemos los conocimientos suficientes para hacerlo. Pero… ¿tendremos la voluntad para conseguirlo?


¡¡¡NO BASTA CON PAGAR LOS IMPUESTOS, Y SER BUEN CIUDADANO, SI NO HACEMOS ALGO PARA RECUPERAR NUESTRO CAPITAL HUMANO, SOBRE TODO A NUESTROS NIÑOS PRESA HOY DEL HAMBRE Y DE LA DESNUTRICIÓN:
NO MERECEMOS LLAMARNOS SERES HUMANOS
!!!