Qué hacemos con aquellos que quieren dañar a como de lugar a nuestra Colombia Querida. No basta ya estar de rodillas ante una guerrilla paria, ni ser victimas de aquella arma que se nos devolvió con el microtráfico que pulula en nuestras ciudades, ahora, un paranoico, un oportunista como el señor Benedeti ponente del proyecto del matrimonio igualitario entre las parejas del mismo sexo nos tilda de indecentes, retrasados, arcaicos e inquisidores, todo porque la gran mayoria del senado a votado en contra de su proyecto de ley. Un señor aparecido de no se donde, resulto entonces ser decente, ser vanguardista, progresista y liberal en un país que como lo dijo él se va a quedar estancado por no aprobar tan burda idea. Para él, oportunista que aprovechó el hueco y la extralimitación de las funciones de la Corte Constitucional para hacer lobby y mostrarse como lo que es, un libertino, prisionero de sus propias pasiones y desvarios.Al que no le parecían válidos los argumentos expuestos por "los indecentes", y a quienes criticaba por aferrarse a sus creencias, por pensar que aprobar tal iniquidad tan solo sería el paso previo a la adopción, por expresar que tal conducta y tal petición iba contra la naturaleza. Para él no importaba que iba a pasar más adelante con los menores de edad que quedaban expuestos a ser vulnerados. No le importaba la expresión concreta de la Constitución Nacional De Colombia en su artículo 42 que definía el matrimonio como aquel que se desarrolla entre una mujer y un hombre; con un fin, procrear. Afortunadamente la Constitución del 91 no dejó un vacío en dicho artículo y afortunadamente el senador Juan Lozano en su momento y el hoy vicepresidente Angelino Garzón en su momento actuaron como debian actuar en aquel momento histórico, defendiendo y amparando la familia.
El derecho de la familia es uno, ser familia. Familia no puede considerarse la unión ni el matrimonio entre parejas del mismo sexo. Ese desvio, esa tendencia como lo llaman algunos, es otra cosa, que ya hoy dia no se sabe ni como llamarla.
Rescatable la presencia conservadora en el senado que desde un principio se manifestó contraria a tal idea. Exaltar además la actitud de aquellos parlamentarios que siendo católicos o de un credo diferente supieron discernir desde el punto de vista de Dios y de la moral para acallar la barbarie que se pretendía cometer en contra de la humanidad, de los colombianos pero sobre todo en contra de los principios divinos. Es verdad, la mente se corroe cuando se saca de los estrados judiciales, de la norma, de la constitución, de las decisiones importantes, a aquel que no se debía excluir, a Dios.
Felicitar a aquellos que desde la plaza de Bolívar y de manera constante y respetuosa hacia los que reclamaban aprobación de dicha idea, se mantuvieron firmes defendiendo, orando y alentando, no solamente a los que habrían de tomar la decisión, sino plasmando ante la ciudadanía una actitud civica, una actitud cristiana, una actitud humana, una actitud de solidaridad ante aquellos que de una u otra manera habían sido elegidos por el pueblo y que ahora se veían inmersos en tan dura tarea gracias a la ineptitud de la Corte Constitucional que se puso a interpretar la Constitución en su articulo 42, cuando no habia nada que interpretar.
Se hundió el proyecto de ley, y de paso se hundio el señor Benedeti, como se hundieron las futuras adopciones masivas por parte de parejas del mismo sexo y se hundieron por que no decirlo las intenciones oscuras de aquellos que afrentan a Dios a su iglesia; imaginense con semejante derecho a futuro parejas del mismo sexo presentándose ante un sacerdote católico o ante un pastor evangélico para que los case, porque la ley lo ordena. Sin duda alguna la sociedad colombiana por ahora se ha librado de un gran mal.
Los derechos ya están dados para este tipo de personas, como esta dada la definición de "matrimonio" y de "familia". No es como lo planteaba el senador Juan Manuel Galán quien esgrimia como argumentos el que "Jesús en ninguna parte de los evangelios había prohibido tal matrimonio", y que como los homosexuales iban en aumento entonces debía reconocerseles tal derecho, que se debatía desde el punto de vista del derecho y no de las creencias. Tal vez Jesús no lo haya dicho, pero no anuló lo que ya estaba escrito en el antiguo testamento. Tal vez los homosexuales estén aumentando o tal vez hasta ahora están saliendo a la luz, pero eso no significa que tenga que avalarseles todo lo que piden, más cuando atenta de manera directa contra Dios, la familia, y la constitución.
En manos de los congresistas no se estaba debatiendo cualquier cosa; se estaba discutiendo en parte de la procreación y la existencia natural del ser humano, parecía una ley inofensiva, pero sin duda alguna la daga iba por debajo.
De hoy a mañana algún otro grupo nos resulta que se debe aprobar el matrimonio entre hombres y/o mujeres con animales de diferentes especies, y como van creciendo en su ideal debe permitirseles tal acción. No. La razón no puede verse oscurecida por las pasiones desenfrenadas y desviadas de algunos que quieren vulnerar no solamente su existencia sino la de su entorno.
La procreación no es casualidad, como tampoco lo es el ser hombre o mujer tiene un fin; la permanencia y existencia del ser humano sobre la tierra.
Que sea este un llamado claro, una alerta, a las personas para que hagan un uso racional de su sexualidad, para que nosotros los electores sepamos a quien elegimos para que nos represente en el congreso o en los puestos de gobierno.
Que sea este un llamado para hacer un debate político en donde los que esten en el paredón esta vez sean los señores de la Corte Constitucional